Tras la humillante derrota del partido oficialista en las elecciones generales, todo presenta un duro camino para el presidente Yoon Suk Yeol en los 3 años que le faltan de mandato, pues tendrá que lidiar con un Legislativo dominado por la oposición. 

Para empezar, al mandatario no le será fácil convencer a un Parlamento con mayoría absoluta opositora de aprobar las leyes que precisa para acometer las reformas que su administración promueve, incluidas las que considera básicas para impulsar su filosofia de gobierno. 

Por el momento hay serias dudas sobre si los proyectos de ley presentados por el Ejecutivo para establecer el marco institucional para sus tres principales reformas, que afectan al ámbito educativo, laboral y a las pensiones, obtendrán el visto bueno de la cámara, por no mencionar otras leyes más controvertidas que promueve el oficialismo, como suprimir el impuesto por rendimiento de inversión financiera o abolir el Ministerio de Igualdad de Género. 

Los analistas estiman que hará falta una reforma en su gestión o planteamientos para sortear los tres años de mandato restantes, además de lograr una relación más armoniosa con la oposición para dar cabida a sus reformas.