El Gobierno se inclina en estos momentos más a favor de suprimir el uso obligatorio de mascarilla en interior y todo apunta a un posible cambio a finales de esta semana, tras consultar con expertos.

Ya en Seúl se ve gente en interiores con la mascarilla por debajo la nariz, dejando entrever cierta laxitud en la aplicación de esta pauta. Por tanto, se estima que suprimir la obligatoriedad de las mascarillas no supondrá un gran inconveniente para los ciudadanos, aunque otros opinan que deben mantenerse ciertas medidas, aunque sean básicas. 

Así, las autoridades sanitarias podrían plantear ir desactivando por fases la obligatoriedad de llevar mascarilla en interiores. El primer paso sería dejar el uso como una recomendación, excepto en medios de transporte público y hospitales. Por lo pronto, se estima que dicha medida llegará en 2023 alrededor del puente del Año Nuevo Lunar, siempre considerando los índices de contagio y la tasa de vacunación del país.

El lunes 19 Corea del Sur reportó 26.622 casos de covid-19, unos mil más que la semana anterior, y 535 enfermos graves a nivel nacional, con más de 500 personas por segundo día consecutivo.

Según las autoridades sanitarias, este último dato será una variable importante a la hora de decidir si suprimir el uso obligatorio de mascarilla en interiores, al que se suma el objetivo gubernamental de elevar hasta el 75% la tasa de administración de vacunas de refuerzo a grupos considerados de riesgo, como ciudadanos de edad avanzada, internos en centros hospitalarios o aquellos con patologías previas.

En este contexto, explicaron que no fijarán una fecha concreta para suprimir la obligatoriedad de usar mascarilla, pues han de considerar diversas variables, como los repuntes de noviembre y diciembre, así como el surgimiento de nuevas variantes de coronavirus como la llamada BN.1. Considerando todos estos factores, urgieron a la población a ponerse una dosis de refuerzo de última generación o bivalente.