La economía surcoreana creció un 0,6% entre abril y junio y mantuvo una tendencia alcista por segundo trimestre consecutivo. 

Aunque algunos atribuyen ese incremento al superávit comercial que se genera cuando las importaciones superan a las exportaciones, escenario típico de una recesión, el Banco de Corea ha rechazado ese análisis. 

Según el banco central, el producto interior bruto real del país registró un incremento del 0,6% entre abril y junio de 2023, pese a que el consumo privado retrocedió un 0,1% al remitir la demanda en hostelería, mientras que el gasto público cayó un 1,9% al disminuir la cuantía de las prestaciones del seguro médico. 

Las inversiones en general también remitieron pues el 0,4% de aumento de las inversiones en propiedad intelectual, incluyendo las destinadas a proyectos de I+D (investigación y desarrollo), no fue suficiente para cerrar el trimestre al alza.

El comercio exterior remitió al caer las exportaciones un 1,8%, principalmente transporte y derivados del petróleo, mientras que las importaciones remitieron un 4,2% al haber más existencias de crudo y gas natural. 

Este cúmulo de factores llevó a la balanza comercial a lograr superávit el segundo trimestre, impulsando el PIB real, pero se habla de "crecimiento en recesión" pues, aunque todos los indicadores económicos se mantienen a la baja, conjuntamente arrojan un balance positivo. 

En todo caso, el Banco de Corea insiste en que la economía nacional no atraviesa una recesión pues algunos de esos factores, como la acumulación de stock o el descenso de las importaciones, son meramente transitorios.

En cambio, afirma que la economía surcoreana podría estar superando una etapa de desaceleración, tal como reflejan las mejoras en el sector manufacturero, y concretamente la producción de chips y de automóviles. 

Además, como factor en contra alude a las desfavorables condiciones climáticas de mayo, y pronostica que desde el tercer trimestre de 2023 el consumo empezará a remontar.