El grupo de legisladores opositores surcoreanos que actualmente se encuentra en Japón para protestar contra el vertido de Fukushima ofreció el miércoles 12 una rueda de prensa en Tokio urgiendo a detener el plan de arrojar al océano las aguas contaminadas con radioactividad almacenadas en dicha central nuclear. 

Integrada por diputados del principal partido opositor The Minjoo y otros independientes, la delegación surcoreana enfatizó que el vertido supone una grave amenaza para la seguridad y el ecosistema marítimo y emitió una declaración conjunta con otro grupo de políticos opositores japoneses, exigiendo frenar el vertido y revisar el plan desde cero. 

Por su parte, considerando el rechazo al vertido - que no solo cuestionan los legisladores surcoreanos, sino también los pescadores japoneses, ciudadanos y otras oenegés del país, el Gabinete de Tokio se prepara para intentar calmar la opinión pública tanto dentro de Japón como a nivel internacional.

El martes 11 el ministro de Economía e Industria se reunió con representantes de asociaciones pesqueras locales ante las que calificó el vertido como "inevitable" al tiempo de prometer ayudas, pero su intento fracasó. Después de escucharle, los pescadores mantuvieron tajantemente su oposición al vertido de aguas radiactivas al océano, aunque sean tratadas mediante el sistema ALPS para reducir los residuos o sustancias nucleares.

En tanto, la prensa japonesa divulgó que el primer ministro Fumio Kishida y el ministro de Exteriores Yoshimasa Hayashi intentan ganar la comprensión de países vecinos como Corea del Sur y China, sobre el plan de vertido. A tal efecto el primero mantuvo una intensa actividad en paralelo a la cumbre de la OTAN y el segundo durante la conferencia de cancilleres de ASEAN.