Corea del Sur disfrutó de superávit comercial en julio por segundo mes consecutivo, aunque las exportaciones siguen a la baja desde octubre de 2022. Pero como los precios internacionales de energía y materias primas remitieron, las importaciones cayeron aún más que las exportaciones, generando excedente en la balanza comercial.

Según informó el Ministerio de Industria, Comercio y Energía, la balanza de comercio exterior arrojó un superávit de 1.630 millones de dólares en el mes de julio, manteniendo una tendencia alcista que comenzó en junio, cuando salió de números rojos tras quince meses seguidos de déficit.

En todo caso, destaca el retroceso de las exportaciones, que remitieron un 16,5% respecto al año anterior. Es más, los 50.330 millones de dólares de excedente registrados en julio no lograron romper un ciclo bajista que se prolonga por diez meses, el más largo desde el que prevaleció entre diciembre de 2019 y enero de 2020.

Concretamente, las exportaciones de chips disminuyeron por decimosegundo mes consecutivo y en julio retrocedieron un 34% a nivel interanual, mientras que los envíos al exterior de derivados del petróleo y bienes petroquímicos bajaron respectivamente un 42% y un 25%. Por destinos, las exportaciones se contrajeron hacia los seis mayores destinos comerciales de Corea, en particular más del 20% hacia China y la ASEAN.

En tanto, las importaciones remitieron un 25,4% respecto al mismo mes del año anterior, hasta totalizar 48.710 millones de dólares, principalmente las fuentes energéticas como crudo, gas y carbón.

En síntesis, Corea del Sur disfrutó de superávit como resultado de una ralentización en general de la actividad comercial, mientras son poco optimistas las previsiones de cada al segundo semestre de 2023, dado estancamiento de la demanda internacional de chips y de las exportaciones con destino a China, uno de los mercados a los que más vende el país.