Aunque parezca increíble, este lugar donde los niños corretean libremente es una biblioteca. Está ubicada en Daerim, en el distrito de Yeongdeungpo de Seúl y se llama “La pequeña biblioteca de Eonni”. Es punto de encuentro de las personas mayores del barrio y también patio de juegos de los niños. Últimamente, en muchos barrios se están creando pequeñas bibliotecas similares, que muestran cómo los típicos centros de lectura pueden evolucionar y desarrollarse con personalidad propia. En esta otra biblioteca -que tiene el gracioso nombre de “Sueño de dragones”- poseen un lector óptico que convierte los convierte los textos en archivos de audio. Así, las personas con algún tipo de discapacidad visual pueden acceder a cualquier tipo de texto a disposición de los lectores, aunque no hayan sido transcritos en Braille ni hayan sido grabados como audiolibro. Aunque cuente con este moderno sistema de lectura, la biblioteca “Sueño de dragones” no es una biblioteca para ciegos. Al estar en la planta baja de la Oficina Distrital de Gwanak-gu, también es un punto de descanso para los cientos de personas que a diario transitan por la Oficina de Distrito para realizar algún tipo de trámite. La biblioteca está en la planta baja de un edificio muy amplio, con un cielorraso muy alto y una acogedora decoración, como la de una cafetería.



El Distrito de Gwanak-gu ha puesto en marcha un proyecto que consiste en que cualquier ciudadano del distrito tenga una biblioteca a diez minutos de distancia a pie de su ubicación. Precisamente la biblioteca “Sueño de dragones” es la biblioteca número 16 que se ha creado bajo este proyecto. Fue inaugurada el 1 de noviembre de 2012 y tiene una superficie de 203 m2; una capacidad de 70 asientos, y cuenta 13.000 libros en su haber, de los cuales unos 3.000 volúmenes están siempre en circulación como préstamo. Las pequeñas bibliotecas de barrio surgen a iniciativa de las administraciones locales, tal como es el caso de la biblioteca “Sueño de dragones”.



En cambio, otras bibliotecas son creadas por organizaciones civiles sin ánimo de lucro. Es el caso de “La pequeña biblioteca de Eonni”, que fue construida por una agrupación llamada Poder Femenino de Seúl. Tomando conciencia de que el barrio necesitaba de un lugar público donde la gente pudiera pasar el tiempo de un modo seguro y provechoso, la organización Poder Femenino de Seúl tomó a su cargo el proyecto de construir una biblioteca con la ayuda de 612 vecinos de la zona; razón por la que la comunidad siente la biblioteca como algo muy suyo. Además de ser el punto de encuentro de las madres y los niños del barrio, se dispone a impulsar el desarrollo cultural de la zona organizando charlas y cursos; ofrecidos por usuarios de la biblioteca que dispongan de una capacitación que deseen compartir con la comunidad.