Cuatro aviones de combate estadounidense F-22, más conocidos como "furtivos", pues su tecnología los hace invisibles a los radares, llegaron el miércoles 17 a la península coreana.
Los aviones sobrevolaron al mediodía la base aérea de Osan en la provincia surcoreana de Gyeonggi, junto con otros cuatro aviones F-15K de la Fuerza Aérea surcoreana, y otros tantos F-16, de las fuerzas estadounidenses estacionadas en Corea del Sur.
En tanto, el comandante y teniente general de la 7ª unidad de la Fuerza Aérea estadounidense en Corea del Sur, Terrence O’Shaughnessy, afirmó que el despliegue del avión estratégico F-22 muestra la sólida alianza entre Seúl y Washington, en aras a defender la península de amenazas norcoreanas.
Tras el vuelo, dos de los F-22 regresaron a la base de Kadena, en Japón, mientras que los otros dos permanecerán algún tiempo en la base surcoreana de Osan.
Se interpreta que el Ejército estadounidense movilizó sus aviones furtivos a la península coreana, con la finalidad de emitir un fuerte mensaje de advertencia al líder norcoreano Kim Jong Un, tras las recientes provocaciones balísticas y nucleares.