Una profunda preocupación suscita la privación de la libertad religiosa que sufren los norcoreanos en estos momentos. Al respecto, es sugerente el contenido del informe anual presentado por el Departamento de Estado estadounidense.
Definitivamente. El informe en cuestión versa específicamente sobre la libertad religiosa en el mundo, pero llama especialmente la atención la parte relacionada con la situación de Corea del Norte, que afirma que si bien las leyes vigentes en el estado comunista garantizan la libertad religiosa de sus ciudadanos, en la práctica, quienes participan en actividades vinculadas con alguna religión son ejecutados o torturados. De ahí llega a la conclusión de que en Corea del Norte no existe libertad religiosa. En particular, destaca el que la frase “la libertad religiosa está estrictamente limitada”, incluída en el informe de hace un año, fue eliminada en el de este año, lo que deja entrever que la evaluación de Washington de la realidad norcoreana es que en esencia no se otorga dicha libertad.
Asimismo el informe sostiene que es ilegal en Corea del Norte tener Biblias u otras publicaciones religiosas, ¿no es así?
Sí. Es más, afirma que la posesión de esa clase de libros puede ser penalizada con duras sanciones, ya sea encarcelamiento, castigo con golpes, torturas e incluso pena de muerte. No obstante, el informe del Departamento de Estado estadounidense aclara que debido al restringido acceso a la sociedad norcoreana y a la poca información que se tiene de ese país, es difícil verificar concretamente cómo sancionan a aquellos que participan en actividades religiosas, o el tipo de arresto o castigo que sufren.
A propósito, ¿desde cuándo analiza Estados Unidos la situación del ejercicio de la libertad religiosa en el mundo?
Lo hace desde 1998, tras promulgarse la Ley de la Libertad Religiosa Internacional; y Corea del Norte es clasificado por la administración de Washington como “país que suscita especial preocupación” desde 2001. En todo caso, la reacción de Pyongyang respecto al tema de los derechos humanos y las libertades básicas de sus ciudadanos, es bastante susceptible. Su postura es que otras naciones no tienen derecho a intervenir en sus asuntos internos. Sin embargo, también es cierto que recientemente su actitud respecto a los intercambios intercoreanos a nivel religioso es relativamente positiva. Como ejemplo, ha autorizado a negociar la organización de un congreso de paz de religiosos entre las dos Coreas.