A partir del 15 de diciembre los adolescentes podrán ser vacunados contra el COVID-19 en los centros escolares, medida alineada con el objetivo gubernamental de aumentar la tasa de vacunados entre los menores de edad.
Sin embargo, el plan de vacunar a grupos de alumnos menores fuera de los centros médicos genera preocupación entre la sociedad, a la que también se añade la incertidumbre sobre los riesgos de vacunar a menores.
Casi la mitad de los adolescentes de entre doce y diecisiete años ya ha recibido la primera dosis y un tercio de este colectivo ha completado la pauta.
La medida de enviar unidades de vacunación a las escuelas surge ante la rápida propagación del COVID-19 entre la población de esa edad, que alcanza récords de contagios de hasta 700 casos diarios.
Por otra parte, el lunes 13 comenzaron las reservas para administrar una dosis de refuerzo a mayores de dieciocho años, siempre que hayan transcurrido tres meses tras completar la pauta de vacunación. Las autoridades sanitarias recomiendan expresamente recibir una dosis de refuerzo, sobre todo a los mayores de sesenta años, más propensos a desarrollar patologías graves en caso de contagio.
Según informan, una dosis adicional eleva hasta veinte veces la prevención de enfermedades graves.