Las medidas anunciadas por la Unión Europea para suprimir el carbón de sus mercados han elevado el nerviosismo del sector empresarial surcoreano. Al respecto, el martes 18 la Cámara de Comercio de Corea organizó una mesa redonda con los representantes de las principales corporaciones del país, a la que invitó a María Castillo Fernández, embajadora de la UE en Seúl.
Si bien el objetivo de la reunión fue identificar vías para reforzar la cooperación económica con el bloque europeo, zona origen de un 44% de la inversión extranjera directa en Corea del Sur, los presentes comentaron con especial interés al mecanismo de ajuste fronterizo de emisiones de carbono (CBAM por su acrónimo en inglés), sistema que cuantifica las emisiones del proceso de producción de determinados bienes importados.
Así, los representantes del sector corporativo solicitaron a la Unión Europa reflejar la opinión de Corea del Sur en este mecanismo, para minimizar el impacto de sus exportaciones al mercado europeo.
Enfatizaron que Corea del Sur es uno de los pocos países del mundo que utiliza un sistema similar al de la Unión Europa, sobre comercio de derechos de emisiones, factor que esperan juegue a su favor, pues preocupa que ese mecanismo se convierta en una nueva barrera comercial.
También solicitaron asitencia con las obligaciones que la Unión Europea impone a las empresas en cuanto a informes medioamentales o de derechos humanos en todas las etapas de la cadena de suministros.