La Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón ha construido un portaaviones ligero, no solo capaz de transportar helicópteros; sino también aviones de combate en caso de emergencia.
Últimamente Tokio buscaba legitimar un derecho de defensa colectiva con el que poder responder ante ataques enemigos a sus aliados; pero se evalúa que ahora, tras presentar este destructor el día 6 -bautizado con el nombre de Izumo- su verdadero objetivo podría ser aumentar su capacidad de combate, y no solo de defensa.
El nuevo buque de guerra nipón tiene 248 metros de largo, 38 metros de ancho y pesa 27.000 toneladas. El gobierno nipón ha puntualizado que el deber de este navío es proteger su territorio; pero con un pequeño rediseño en su cubierta, puede convertirse en una plataforma de aterrizaje y despegue.
Así Japón mantiene hoy su estatus como una de las máximas potencias en cuanto a capacidad de combate marítimo, además de ser el quinto país del mundo en poder militar.