Las relaciones intercoreanas sufrieron fuertes altibajos durante 2015, pues la tensión bilateral se agravó fuertemente. Pero poco después, ambos países se sentaron a dialogar e incluso adoptaron una declaración conjunta. Las dos Coreas mantienen una relación bastante compleja desde hace tiempo, pero la situación llegó al punto más controvertido el 4 de agosto, cuando dos soldados surcoreanos fueron gravemente heridos por unas minas enterradas por Corea del Norte en la zona desmilitarizada.

En consecuencia, el día 10 del mismo mes, Corea del Sur respondió con una medida de guerra psicológica, la más temida por su contraparte, como son los anuncios propagandísticos en contra del régimen comunista, emitidos a través de los grandes altavoces instalados en la frontera intercoreana. Tras reanudar estas emisiones, después de mantenerlas 11 años en suspenso, Corea del Norte reaccionó con disparos de artillería en la costa oeste, concretamente el 20 de agosto, dejando como consecuencia un intercambio de fuego entre ambos países. Al aumentar la tensión, el Gobierno de Kim Jong Un declaró un ‘estado de semi-guerra’, elevando las preocupaciones ante una escalada de tensión militar sin precedentes.

Pero las dos Coreas decidieron resolver los problemas mediante el diálogo. Tras unas maratonianas reuniones de alto nivel celebradas in extremis durante 4 días, -encabezadas por el secretario presidencial de Seguridad surcoreano Kim Kwan Jin y por el director del Buró de Política General del Ejército Popular de Corea del Norte, Hwang Pyong So-, finalmente el 25 de agosto, ambos anunciaron una declaración conjunta con 6 artículos, que incluían la desactivación del estado semi-bélico y la suspensión de las actividades propagandísticas con altoparlantes.

Gracias al pacto bilateral, las dos Coreas celebraron entre el 20 y el 26 de octubre el reencuentro de familias separadas, y posteriormente organizaron otros eventos culturales, para intentar normalizar los intercambios a nivel civil. Además, el 11 de diciembre se convocó otro diálogo entre las autoridades gubernamentales para intentar abordar otras cuestiones pendientes, pero por el momento no ha habido grades avances, pues las prioridades de las dos Coreas son discrepantes. Mientras el Sur aboga por resolver el reencuentro de las familias separadas, el Norte pide reanudar de inmediato el turismo al monte Geumgang.

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