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La luna y la festividad de Chuseok

2018-09-19

La luna y la festividad de Chuseok

Ya casi no contemplamos el cielo nocturno para mirar la luna. Además, las luces de la ciudad son tan brillantes que opacan su suave luz. Salvo que se produzca un fenómeno astronómico especial, como una súper luna o un eclipse, la gente apenas le presta atención a la luna. Sin embargo, en los tiempos antiguos la gente observaba todo el tiempo este astro nocturno. Por ejemplo, contaban los meses viendo cómo la luna crecía y menguaba. Era símbolo de vida y abundancia por la manera en que recuperaba su forma redonda tras desaparecer por completo. Y su pálida y plateada luz, que brinda iluminación durante la oscuridad de la noche, es un motivo literario que jamás se agota en las canciones y poemas de ayer y de siempre. El primer tema musical que disfrutaremos hoy se llama “Woljeongmyeong” y es un antiguo poema sijo convertido en canción que habla de un paseo nocturno en bote. Su letra dice más o menos así: “Woljeongmyeong, woljeongmyeong, remamos en el bote hasta el río otoñal. / Debajo del cielo está el agua; en medio del cielo, la brillante luna. / Niño angelical, recoge la luna sumergida en el agua para jugar con ella”. 

“Woljeongmyeong” – Intepretación de Kim Wol Ha


En tiempos antiguos la luna marcaba el comienzo y el fin de las actividades agrícolas. Las tareas de cultivo comenzaban con la primera luna llena del año, que traía aparejada la celebración de ritos de primavera que auguraban una cosecha abundante, y terminaban con la festividad de Chuseok en otoño, cuando se agradecía a los dioses y a los antepasados por los frutos obtenidos. En esos tiempos en que creían que el cosmos y la naturaleza obedecían a las fuerzas opuestas a la vez que complementarias del ying y el yang, el sol y el varón representaba al yang; mientras que la luna y la mujer representaban al ying. En las fiestas tradicionales relacionadas con la luna, como la de la primera luna llena del año y la de Chuseok, las mujeres celebraban la ocasión cantando y danzando en círculos bajo la luna. No era un simple juego o diversión sino una ceremonia para pedir abundancia y prosperidad para la comunidad, pues los círculos que dibujaban las mujeres en sus rondas repetían sobre la tierra la redondez y la plenitud de la luna llena.

“Ganggangsullae” - Bachillerato de Artes Tradicionales de Namwon


Este año la festividad del Chuseok cae el próximo lunes 24 de septiembre y todos ya están atareados comprando regalos para la familia y preparando abundantes comidas para compartir. Sin duda, es una gran alegría volver a ver a los seres queridos, pero también los preparativos cuestan mucho dinero. No hace falta mucha imaginación para comprender la gran ilusión que causaba la historia de Heungbo entre la gente, cuya bondad fue recompensada con calabazas llenas de dinero, arroz y joyas. La historia se cuenta en el pansori “La canción de Heungbo”. Desesperado porque la familia no tenía nada que comer en Chuseok, decide cortar una de las calabazas que habían crecido a partir de la semilla que le trajo una golondrina por curarle una pata. Su intención era hacer un puré, pero al partirla en dos estaba repleta de tesoros. Lo mismo ocurrió con las otras calabazas. Extasiado ante la vista de tanta riqueza, Heungbo se puso a cantar una canción llamando a los pobres y desposeídos a contemplar el milagro y a compartir tanta abundancia. Como se puede apreciar, en lugar de dejarse llevar por la codicia y el egoísmo, compartió su buena fortuna con los vecinos.

“La canción de Heungbo” (fragmento) – Interpretación de Park Cho Wol

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