En muchos países, las bodas son eventos largos, llenos de ceremonias y banquetes multitudinarios que, en ocasiones, pueden durar varios días, dependiendo de las tradiciones y del nivel adquisitivo de los anfitriones. Sin embargo, en Corea, la mayoría de las bodas modernas son tan rápidas ¡que pueden durar menos de una hora!

En ese escaso tiempo, los novios se dan el “sí, quiero”, posan para las fotos con la familia y los amigos, y se sirve el banquete a los invitados. También se realiza el pyebaek (폐백), una ceremonia tradicional en la que la novia muestra su respeto a los suegros y a los parientes del novio, de quienes recibe saludos y bendiciones. Durante este ritual, los suegros suelen lanzar castañas y dátiles al regazo de la novia y, según cuántos consiga atrapar, se predice el número de hijos que tendrá la pareja.

Pero bueno, de estos rituales tradicionales hablaremos en otra ocasión, que dan para todo un programa. Lo que hoy quiero contarles es por qué las bodas coreanas son tan ‘exprés’.

Todo tiene que ver con la practicidad, la conveniencia, la eficiencia y, en parte, con la consideración hacia los invitados, para que no tengan que sacrificar demasiado tiempo de su valioso fin de semana.

Para empezar, la mayoría de las ceremonias de boda en Corea se celebran en salones diseñados específicamente para ello, sobre todo en los fines de semana. En muchos casos, estos salones forman parte de grandes edificios dedicados por completo a la industria nupcial. Allí tienen lugar tanto la ceremonia como el banquete, todo en un mismo espacio.

Lo curioso es que estos salones funcionan con horarios muy ajustados, ya que, en fechas señaladas o fines de semana, tienen la agenda repleta. Esto significa que en un mismo día pueden celebrarse varias bodas, con apenas una o dos horas de diferencia entre una y otra. Así, las parejas cuentan con un tiempo limitado tanto para la ceremonia como para el banquete, y los invitados incluso pueden asistir a varias bodas el mismo día sin perder toda la jornada.

Además, las bodas en Corea pueden resultar bastante caras, por lo que muchas parejas optan por ceremonias más sencillas y breves. De hecho, cada vez es más común que algunas parejas se salten la ceremonia y se limiten a registrar su matrimonio en el Ayuntamiento, invirtiendo en un viaje.

Otro detalle singular es que, a diferencia de muchas culturas occidentales, en Corea las bodas no suelen incluir baile ni fiesta posterior. Una vez terminada la ceremonia, los invitados suelen comer en el buffet y marcharse en apenas 30 o 40 minutos. Aunque, en bodas celebradas en hoteles de lujo o salones más espaciosos, es posible que los asistentes presencien la ceremonia desde la propia mesa.

Por otra parte, muchas parejas prefieren centrarse en la luna de miel o en proyectos de futuro antes que gastar grandes sumas en una celebración ostentosa.

Eso sí, no todas las bodas en Corea son tan breves. También hay ceremonias más tradicionales o religiosas, como las que se celebran en iglesias, donde un sacerdote o pastor oficia el acto nupcial, y que pueden alargarse algo más.

En resumen, las bodas en Corea destacan por ser breves, prácticas y eficientes, reflejando el espíritu del “pali pali” —esa filosofía coreana de hacer las cosas deprisa. No obstante, cada vez más parejas optan por bodas personalizadas y más íntimas, lo que se conoce como small wedding, muy popular entre los jóvenes. Algunas incluso organizan una segunda celebración, mucho más informal y distendida, en compañía de amigos cercanos después del evento oficial.