※ Este episodio no incluye fotografías debido a restricciones de derechos de autor de los Juegos Olímpicos.
El milagro de Baden-Baden
Corea aún guarda vivo el recuerdo del histórico momento en que Seúl fue elegida sede de los Juegos Olímpicos de Verano de 1988. La decisión se tomó el 30 de septiembre de 1981, durante la sesión del Comité Olímpico Internacional en Baden-Baden, Alemania. Entonces, las posibilidades de que Seúl superase a Nagoya, Japón, parecían escasas debido al menor poder económico del país. Sin embargo, la firme apuesta del Gobierno por la candidatura, junto con el entusiasmo y apoyo de toda la ciudadanía, resultaron decisivos para alcanzar este logro trascendental.
Una ceremonia de apertura inolvidable
Los Juegos Olímpicos de Seúl se celebraron durante 16 días, a partir del 17 de septiembre de 1988. La ceremonia inaugural, que combinó tradición y modernidad, ofreció un momento simbólico que acaparó la atención mundial: un niño atravesó el campo del estadio rodando un aro. Además, el grupo Koreana interpretó “Hand in Hand”, la canción oficial de los Juegos, transmitiendo un mensaje de paz y contribuyendo a realzar el ambiente festivo del evento deportivo.
Récord de participación y ascenso de Corea como potencia deportiva
A diferencia de los Juegos de 1980 y 1984, boicoteados respectivamente por Estados Unidos y la Unión Soviética, los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 reunieron al mayor número de países participantes en aquel momento. Incluso la mayoría de los Estados del bloque socialista —a excepción de Cuba y Corea del Norte— tomaron parte en la competición. Corea del Sur cosechó un total de 33 medallas, entre ellas 12 de oro. Alcanzó el cuarto puesto en el medallero y se consolidó como una potencia emergente en el panorama deportivo mundial.
El Legado de Seúl y la nueva imagen global de Corea
Celebrados en un momento en que la Guerra Fría estaba a punto de concluir, los Juegos Olímpicos de Seúl se convirtieron en un acontecimiento crucial que logró reunir a los bloques Oriental y Occidental en torno al ideal de unidad global. Al mismo tiempo, brindaron a Corea del Sur la ocasión de reforzar su proyección internacional y de atraer la atención del mundo tanto sobre Seúl como sobre el país en su conjunto.