Las dos Coreas acordaron celebrar un reencuentro de familias separadas del 20 al 26 de octubre y, una vez concretado, se llevará a cabo después de 1 año y 8 meses, desde el último, que fue en febrero de 2014. Durante la reunión celebrada el día 8 entre la Cruz Roja de Corea del Sur y de Corea del Norte en la aldea de la tregua de Panmunjeom, las partes decidieron celebrar el reencuentro familiar, después de dos días seguidos de maratonianas reuniones. Según acordaron, en el evento familiar participarán 100 personas de cada lado de la frontera, si bien aquellos de edad avanzada y con dificultades físicas, podrán asistir acompañados de 1 o 2 familiares. En primera instancia, ambos Gobiernos intercambiarán la lista de las familias separadas preseleccionadas -250 del lado sureño y otros 200 del lado norteño- para saber si están vivos y, de ser así, su paradero y disposición de formar parte de este encuentro, y el informe con tales resultados serán entregados mutuamente el próximo día 5. De ahí elegirán al centenar de personas de cada país que definitivamente acudirán al encuentro familiar.
Durante las negociaciones de este acuerdo intercoreano, firmado el 25 de agosto pasado, Seúl y Pyongyang decidieron celebrar un nuevo encuentro de familias separadas, pero no fue fácil llegar a un acuerdo al respecto. Si bien no hubo problemas en cuanto al volumen y el lugar de la cita en cuestión, sí hubo discrepancias sobre la fecha de celebración. Mientras Corea del Sur solicitaba que tuviera lugar a principios de octubre, porque hay elevadas posibilidades de que el país comunista realice un ensayo balístico sobre el 10 de octubre, para conmemorar la fundación del Partido de los Trabajadores, Corea del Norte propuso realizarlo a finales de octubre, alegando que necesitaba tiempo para su preparación. Inicialmente se pensaba que no podrían estrechar sus posturas pero al final Seúl cedió para que la reunión familiar pudiera concretarse.
El reencuentro de las familias separadas es un problema humanitario que debe ser resuelto sin dilación, pues gran parte de aquellos que tienen a sus familiares al otro lado de la frontera son de edad avanzada. De hecho, de los 130.000 surcoreanos registrados en el sistema integral de familias separadas del Ministerio de Reunificación Nacional de Seúl, unos 63.000 ya fallecieron, quedando solamente la mitad. Desde la división de la península coreana hasta la fecha, se han llevado a cabo 20 encuentros familiares, pero en ellos apenas participaron un 1,5% de los inscritos, o sea 1.965 personas, ya que a cada encuentro sólo podían asistir entre 100 y 200. En esta línea, la presidenta Park Geun Hye ha insistido a su contraparte del Norte en la necesidad de regularizar estos encuentros y propone abordar el tema desde un punto de vista meramente humanitario.