Irán y las principales potencias mundiales alcanzaron el domingo 24 un acuerdo para frenar el programa nuclear de Teherán, tras cuatro días de negociaciones maratonianas. 

La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, y el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Mohamad Javad Zarif, fueron los encargados de anunciar este acuerdo obtenido en Ginebra, Suiza, entre Irán y los cinco países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU -Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, China y Rusia- más Alemania.

El acuerdo se traduce como el primer paso para retomar las negociaciones sobre el problema nuclear iraní, estancadas desde hace 10 años. 

Según afirman, como puntos principales del acuerdo, Irán ha aceptado diluir todas sus reservas de uranio altamente enriquecido y suspender la producción de dicho material por debajo del 5%; así como no instalar centrifugadores adicionales de ningún tipo.

A cambio de limitar su programa nuclear, las sanciones económicas contra Teherán serán parcialmente suavizadas. Así, el país islámico tendrá acceso a 4.200 millones de dólares -congelados por sanciones económicas- y podrá comerciar con materias primas como petróleo, lo que en seis meses podría traducirse en unos ingresos para dicho país de 7.000 millones de dólares. 

No obstante, el pacto tiene una vigencia limitada de seis meses, plazo durante el cual podría romperse, si Teherán incumpliera con lo acordado, además de permitir una inspección regular del programa nuclear iraní por la Agencia Internacional de Energía Atómica.