La reunión intercoreana de alto nivel, la primera realizada tras la entrada de la administración de Park Geun Hye, finalizó sin frutos palpables.
Pese a las maratonianas sesiones mantenidas por las delegaciones de ambas Coreas hasta la medianoche del miércoles 12, en la zona fronteriza de Panmunjeom, dieron por concluída la reunión sin llegar a acuerdos específicos. Ni siquiera lograron consensuar los detalles organizativos del reencuentro de familias separadas, para el que apenas falta una semana.
Los representantes de Pyongyang insistieron en que Corea del Sur y Estados Unidos deberían postergar sus ejercicios militares conjuntos para después de la reunión de parientes. Mientras tanto, los de Seúl enfatizaron que el reencuentro familiar permitirá mejorar las relaciones intercoreanas, y que un tema de índole humanitaria no debería verse afectado por otro de carácter militar.
Ante este resultado tan poco satisfactorio, el ejecutivo surcoreano manifestó que la reunión sirvió para conocer cabalmente las intenciones de Corea del Norte, y también para explicar al régimen comunista los principios que el Sur defiende.
El portavoz de la casa presidencial, Min Kyung Wook, detalló el jueves 13 que durante las sesiones, la delegación de Corea del Sur expuso claramente al Norte las ideas de la presidenta Park Geun Hye y sus políticas intercoreanas. Añadió que, en esta ocasión, pudieron constatar la enorme importancia que el régimen norcoreano atribuye a los actos que considera una blasfermia contra su máximo líder, así como su opinión sobre las maniobras surcoreano-estadounidenses Key Resolve.