En 2023 Corea del Sur, Estados Unidos y Japón comenzaron una nueva era de cooperación trilateral, después de que Seúl decidiera zanjar gran parte de los problemas que dificultaban las relaciones con Tokio, en su mayoría temas pendientes derivados del complejo pasado histórico de ambos países.
El hito que marcó este nuevo horizonte en la cooperación tripartita fue la cumbre que Yoon Suk Yeol, Joe Biden y Fumio Kishida celebraron el pasado mes de agosto en Camp David, donde acordaron establecer un nuevo mecanismo de diálogo sobre seguridad del Nordeste Asiático.
A partir de ahí, Corea del Sur, Estados Unidos y Japón se comprometieron a responder conjuntamente ante posibles amenazas contra alguno de los tres países. También acordaron efectuar maniobras militares combinadas cada año y activar un sistema de alerta temprana e intercambio de datos sobre misiles norcoreanos en tiempo real.
Poco después ampliaron la cooperación trilateral a otros sectores, en particular para reforzar el apoyo mutuo en cuanto a suministros y en el sector de tecnologías de futuro, en un intento de institucionalizar la colaboración en seguridad económica.
En paralelo a estos acuerdos de Seúl, Washington y Tokio, Corea del Norte activó una intensa campaña diplomática para poner fin al cierre de fronteras por la pandemia. Especialmente se centró en estrechar lazos con Rusia y en septiembre, a menos de un mes de la cumbre entre Yoon, Biden y Kishida, Kim Jong Un se reunió con Vladimir Putin en el Cosmódromo Vostochni.
Así, mientras Pyongyang y Moscú estrechan sus intercambios económicos, comerciales, tecnológicos e incluso armamentistas, aumenta el antagonismo entre los dos bloques vinculados a la península coreana: Corea del Sur, Estados Unidos y Japón, por un lado, y Corea del Norte junto con Rusia por otro, con una cierta aquiescencia de China.
Photo : YONHAP News
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