La doctrina económica promovida por el difunto expremier nipón Shinzo Abe, más conocida como Abenomics, sigue influyendo sobre las políticas económicas del país, manteniendo la tendencia a la baja del yen. Sin ebargo, ahora muchos se preguntan si el asesinato del ex primer ministro cambiará esas políticas y si repercutirá en Corea o en los intercambios económico-comerciales entre ambos países.
La estrategia Abenomics comenzó en 2013 al asumir Abe el poder, en un momento en que Japón atravesaba una crisis económica apodada como "la década perdida". Básicamente apostó por política monetaria expansiva, destinada a estimular la economía y a devaluar el yen para mejorar la competitividad de los productos japoneses en el exterior.
Tal como pretendía, Japón consiguió reactivar las exportaciones mientras prevalecía el yen débil, una estrategia desfavorable para los exportadores surcoreanos que en muchos sectores rivalizan con firmas japonesas. La misma se mantiene hasta la fecha.
Pero al fallecer Abe, el precursor de Abenomics, se plantea que dicha política podría cambiar y el valor del yen podría subir. Si bien hay quienes llaman a evitar conclusiones prematuras, muchos analistas vaticinan que -sin Abe- Tokio podría renunciar al Abenomics y a una economía centrada en las exportaciones de las grandes empresas, y optar por una política de "nuevo capitalismo" que dé prioridad a una mejor distribución de las ganancias.