En estos momentos se plantea la posibilidad de que la inflación y la subsiguiente contracción, tanto del consumo como de las inversiones, impacten en el ritmo de crecimiento económico de Corea del Sur.
El análisis que presenta tal previsión es el presentado por el Instituto de Investigación Económica de Corea -entidad dependiente de la mayor asociación empresarial del país, la Federación de Industrias Coreanas- que en su informe más reciente sobre perspectivas económicas, vaticina que la economía nacional crecerá este año un 2,4%. De este modo, rebajó su previsión anterior del 2,5%.
El cambio refleja las altas tasas inflacionarias que según los analistas, podrían intimidar a los consumidores, al tiempo de agravar la desaceleración económica. Es más, auguran que en 2022 el consumo privado crecerá un 3,2%, 0,4 puntos menos que el año pasado, contrayéndose de nuevo.
Prevén, además, que las inversiones de las empresas en equipos y maquinaria, otro indicador de la demanda doméstica, decrecerán un 2,8% ante las complicaciones que persisten en la red global de suministros y la recesión que sufren algunas de las principales economías del mundo.
La causa fundamental de todo, es decir la inflación, marcará según el Instituto de Investigación Económica de Corea, un 5,3%, el mayor nivel en dos décadas. Lo que acelera la subida de los precios es el encarecimiento de los bienes agrícolas, pesqueros y ganaderos, que han encarecido aún más con las recientes lluvias torrenciales.