Las expectativas de inflación, o la subida de precios esperada por los agentes económicos a futuro, han aumentado por segundo mes consecutivo.
Según informó el Banco de Corea, dicho indicador marca actualmente un 4%, 0,1 punto más que el mes anterior. En enero, las expectativas de inflación llegaron al 3,9% después de tres meses de mantenerse a la baja, tras llegar al 4,3% en octubre.
El banco central explica que la "inflación esperada" se ve especialmente afectada por la fluctuación de precios de la canasta básica familiar, y por tanto ve la reciente subida como consecuencia directa de la carestía energética, concretamente de la subida de luz y gas, a la que se suma el anuncio de un inminente aumento de las tarifas del transporte público.
En sintonía con el pesimismo sobre la inflación futura, el índice del sentimiento del consumidor bajó 0,5 puntos respecto a enero hasta situarse en 90,2 unidades. Dicho empeoramiento se atribuye a la desaceleración de la economía global y al estancamiento de las exportaciones, además de al fuerte aumento de las tarifas de servicios públicos.