Trece parajes ubicados en parques nacionales de Corea del Sur han sido designados como zonas de protección especial por su alto valor biológico y medioambiental.

Uno de estos enclaves son los alrededores del templo budista Jingwan-sa en el Parque Nacional del Monte Bukhan, hábitat de especies en peligro de extinción como el sapo de boca angosta. Otro ejemplo es el valle Jeohangryeong del monte Seorak, en el que viven los gorales coreanos, una especie de cabra en peligro de extinción de primer grado.

El único de los 13 sitios que ha sido designado zona de protección especial no tanto por su ecosistema sino por el paraje natural que presenta son las islas Baekdo, ubicadas dentro del Parque Nacional Marítimo de Dadohae en el sur de Corea.

De este modo, el número de zonas de protección especial en parques nacionales ha aumentado a 98, ocupando una extensión total de 234 kilómetros cuadrados.