Las relaciones entre el principal grupo de la oposición en Corea del Sur, el Partido Democrático Unificado (PDU), y el también opositor Partido Progresista Unificado (PPU), se han deteriorado tras el reciente escándalo de fraude en una encuesta de intención de voto.

El miércoles 21, el parlamentario del PDU, Kim Hee Chul, instó a la presidenta del PPU, Lee Jung Hee, a retirar su candidatura a las elecciones generales del mes de abril, tras recordarle que la moralidad es la base fundamental de las fuerzas progresistas.

Lee Jung Hee se disculpó el martes, después de que uno de sus ayudantes hubiera sido acusado de manipular los resultados de una encuesta de intención de voto en su favor.

Al parecer, dicho asistente de la presidenta del grupo opositor, identificado tan solo por su apellido Cho, habría enviado mensajes de texto el día de las primarias, instando a los participantes en el sondeo a mentir sobre su edad para ser incluidos en la encuesta.

La presidenta anunció que repetirán las primarias para la candidatura a la oposición unificada por el distrito electoral Gwanak-B, en Seúl, pero insistió en que no dejará de presentarse.

La cúpula del PDU de momento se abstiene de tomar cartas en el asunto, por miedo a que su actuación pueda disolver la alianza entre ambos partidos opositores.