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History

Eul Ji Mun Deok, héroe victorioso de Salsu

2010-06-25

<b>Eul Ji Mun Deok</b>, héroe victorioso de Salsu
La historia lo recuerda como “el gran héroe”

“¡El héroe máximo de los 4000 años de nuestra historia es Eul Ji Mun Deok!”

El célebre historiador Sin Chae Ho que se enfrentó al imperialismo japonés con el poder de su pluma puso así a Eul Ji Mun Deok como el epíteto de la dignidad del pueblo coreano.

Asimismo, Kim Bu Sik, historiador que registró los hechos desde la perspectiva de Silla, no dudó en elogiar el valor del oficial Eul Ji Mun Deok afirmando que el reino de Goguryeo debe su soberanía inmutable frente el avance de China a la firmeza militar de este hombre.

Se puede ver que la evaluación consistente y unánime de la historia es que Eul Ji Mun Deok es un verdadero héroe que trasciende el tiempo y las ideologías. Sin embargo, los datos biológicos de este hombre son prácticamente nulas. El libro Sam Guk Sa Ki o Historia de los tres reinos afirma de plano que se desconocen detalles sobre el nacimiento y el desarrollo de Eul Ji Mun Deok.

Si se rastrea desde la batalla de Salsu, se puede inferir el nacimiento de Eul Ji Mun Deok hacia mediados del siglo VI y su muerte hacia principios del siglo VII. Por otro lado, la transmisión de varias leyendas de la zona de Pyong An que cuentan que Eul Ji Mun Deok se entregó a meditaciones en los montes de la zona, obteniendo una sabiduría divina, permiten suponer que este hombre nació en los alrededores de Pyongyang. El año histórico en que Eul Ji Mun Deok se revela del anominato es el 612.

Conflicto de titanes, Goguryeo contra Sui

El reino de Goguryo se estableció como una verdadera potencia del extremo oriente bajo el reinado del Gran Monarca Gwang Kae To, décimo noveno rey de esta dinastía. Sin embargo la unificación de las tribus de China por Sui en el año 589 implicó una crisis y un conflicto potencial para el reino de Goguryeo.

La dinastía Sui de China logró unifircar a las tribus dispersas en los alrededores de los ríos Huanghe y Yangzi, adoptando el aspecto de un gran imperio, mientras que Goguryeo extendía su soberanía amenazando avanzar hacia el norte. Estas condiciones hicieron imposible la confrontación entre estos dos reinos, y muy conciente del inevitable conflicto, Goguryeo toma la iniciativa.

En el año 598, al noveno aniversario del reinado del monarca Young Yang, Goguryeo lleva a cabo un ataque contra Sui. Wendi, el primer monarca de esta dinastía china, avanzó hacia Goguryeo con un ejército de 300.000 hombres, pero fue derrotado por el espíritu bélico de los soldados de Goguryeo, además de los hostiles tifones de la zona.

Esta experiencia dignificó la tropa de Goguryeo que empezó entonces a acariciar el sueño de la unificación de los tres reinos de la península coreana. Así, en el año 603 marcha hacia Silla, atacando las fortalezas de Buk Han San, y posteriormente en el año 607 ataca la fortaleza Song San de Baekje. Ante el peligro inminente de su reino, el rey Jin Pyong de Silla solicita asistencia militar a la dinastía Sui y en el año 612 el rey Yangdi responde movilizando 1.130.000 hombres, un número sin precedentes en la historia de China, para una segunda campaña contra Goguryeo.

Astucia y valentía impulsan la victoria

La infantería de Yangdi de Sui avanzó hacia Yaodung, mientras que su marina se movilizó a través de los ríos Huanghe y Daedong. A pesar del número desorbitante de soldados, la resistencia de Goguryeo impedía el progreso de la campaña de Sui, que no mostraba ningún avance en seis meses. Como recurso final, Yangdi concentra todas sus fuerzas en el ataque de Pyongyang. Es aquí donde las tropas de Sui se enfrentan al comandante general de las fuerzas de Goguryeo, Eul Ji Mun Deok.

En su marcha al lejano castillo de Pyongyang, los soldados de Sui se encaminaron cargando municiones para 100 días. Sin embargo, la trayectoria tediosa y larga hizo que las tropas de Sui se cansaran y fueran dejando sus valiosas municiones en el camino para aligerar sus pasos. De modo que cuando los hombres de Sui iban acercándose a Pyongyang, ya contaban con muy poco alimento.

Eul Ji Mun Deok calculó de antemano esta situación, y evacuó a la gente de la zona, barriendo todo rastro de municiones en los alrededores de Pyongyang. Paralelamente, trazó un plan por el que logró infiltrar espías en los estacionamientos de Sui para obtener informaciones importantes sobre las condiciones del enemigo.

Con valiosos datos del enemigo en las manos, Eul Ji Mun Deok idea una estrategia para bajar la cautela de Sui y conducir a sus hombres a iniciar la retirada. La musa poética engendró de la pluma de Eul Ji Mun Deok los famosos versos de “Yeosujangwujungmunsi”:

La estretegia del misterio conoce el curso de los cielos
La astucia extraordinaria alcanza los principios de la tierra
Ya que es de valorar la victoria en la guerra,
Bien está una satisfecha retirada


Con esto hizo creer al enemigo que si retiraba sus fuerzas, el rey Young Yang de Goguryeo saldría al encuentro de Yangdi. Este falso rendimiento le abrió el camino de retirada a las tropas de Sui, formulando las bases para la victoria arrolladora de Goguryeo.

Un hito en la historia bélica del mundo: Triunfo deslumbrante de Salsu

La movilización de las tropas de Sui inició un ataque inmediato y masivo de las tropas de Eul Ji Mun Deok. El toque de gracia del generalísimo de Goguryeo se dio en las aguas del río Salsu que divide las provincias del norte y sur de Pyongan.

Eul Ji Mun Deok mandó construir una represa provisional aguas arriba, disminuyendo las aguas del río de manera que las tropas pudieran cruzarlo a pie. Luego hizo esconder varias unidades de soldados en varios puntos estratégicos de la zona y esperó la llegada de las tropas de Sui. Cuando los 305.000 hombres de Sui empezaron a cruzar el río, destruyó la represa y el crecimiento repentino de las aguas se tragó al enemigo. Los pocos que se salvaron de las aguas fueron acorralados por los soldados de Goguryeo que los esperaban con paciencia en sus puestos estratégicos. Tras esta batalla, solamente 2700 soldados de Sui lograron volver a sus tierras.

La batalla de Eul Ji Mun Deok en Salsu fue sin duda una victoria deslumbrante, merecedora de todos los honores en la historia del mundo entero. Esta experiencia fatídica con Goguryeo condujo a la derrota de las tropas de Sui en otro encuentro bélico contra el reino coreano, hasta que en el año 618 Sui pasa a la historia con la muerte del rey Yangdi.

Con la retirada militar de Sui, Eul Ji Mun Deok, el comandante victorioso de Salsu, se retira también de la historia. Los registros de la época no ofrece ningún dato sobre la persona del célebre militar después de la batalla de Salsu. Pero la ausencia de información objetiva no cesó el creciente renombre del general, sino más bien generó una infinidad de leyendas en torno a su nombre haciendo que la gente valore y recuerde su valentía singular y su brillante astucia como héroe máximo del patriotismo. La posteridad no admira a Eul Ji Mun Deok únicamente por su campaña victoriosa, sino por su espíritu desafiante que logró maniobrar el triunfo bajo condiciones adversas, demostrando que un fervor genuino puede realizar milagros en el momento más crítico.

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