Corea del Norte llevó a cabo otro ensayo balístico el 6 de marzo, al lanzar cuatro misiles hacia el Mar del Este desde la plataforma de Dongchang-ri en la provincia de Pyongan del Norte; ensayo que fue condenado al unísono por la comunidad internacional, así como por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en una reunión que organizó el día 8 con carácter de urgencia.
El cuanto a los lanzamientos en sí, las autoridades militares surcoreanas detallaron que los ángulos de disparo fueron de entre 75 y 93 grados. Los cuatro misiles alcanzaron una altura máxima de 260 kilómetros, y recorrieron distancias similares –unos 1.000 kilómetros- cayendo tres de ellos en aguas de la zona económica exclusiva de Japón. Estimaron también en base a las imágenes reveladas por Corea del Norte del momento del lanzamiento, que eran misiles Scud-ER con un alcance medio, un modelo mejorado que duplica los 500 kilómetros de trayectoria del proyectil de corto alcance Scud-C. Los expertos analizan que la mejora se hizo agregando sistemas ópticos a los Scud-C, para optimizar el control y guíado de los misiles y así disminuir el margen de error, si bien el peso de la ojiva capaz de transportar se redujo de 700 a 500 kilogramos.
Respecto a la intención de Corea del Norte al realizar este nuevo ensayo balístico, muchos especulan que sus objetivos debieron ser, primero, protestar contra los entrenamientos de defensa combinada de las fuerzas surcoreanas y estadounidenses; segundo, distraer la atención centrada en su régimen por el asesinato de Kim Jong Nam; y tercero, enviar un mensaje de advertencia antes de que el nuevo Gobierno de Estados Unidos defina las políticas hacia Corea del Norte. Es posible suponer que quizá manifiesta su poder militar mediante un lanzamiento de misiles, al ser ésta a estas alturas la única carta del régimen de Pyongyang para de algún modo salir de la crítica situación en la que se encuentra. Una situación en la que está acorralado, mientras corre el peligro de ser designado como país patrocinador del terrorismo e incluso de ser expulsado de la comunidad internacional por ser considerado como un “estado irracional”.
En todo caso, el ensayo balístico, lo único que hizo fue provocar aún más a otras naciones y motivar al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a adoptar un comunicado de urgencia. Ese documento se publicó con la aprobación unánime de los 15 miembros del consejo -incluyendo China-, que señalaron el reciente lanzamiento de misiles de Corea del Norte como actividad de desarrollo de vehículos lanzadores de armas nucleares, hecho que podría fomentar una carrera balística internacional, al tiempo de sembrar la inseguridad en el noreste asiático.