La organización de una reunión intercoreana de autoridades militares se frustró al guardar silencio Corea del Norte a la propuesta que el Sur hizo previamente de celebrar dicho encuentro el viernes 21. Ese día, el Ministerio de Defensa surcoreano declaró que debido a que Pyongyang siguge reacio a dar una respuesta, no será posible concretar la reunión de autoridades militares. Sin embargo, exhortó a las autoridades norcoreanas a aceptar la propuesta y sondear una nueva fecha, al enfatizar que restaurar el canal de contactos militares entre las dos Coreas es fundamental para aliviar la tensión y arraigar la paz en la región.
Cuando propuso organizar una reunión intercoreana de autoridades militares, el Ministerio de Defensa de Corea del Sur declaró que el principal tema de conversación podría ser la suspensión de las hostilidades en la frontera intercoreana. Si bien no especificó las actividades que define como “hostilidades”, muchos interpretaron que se refería a las emisiones de propaganda por altavoces y al envío de panfletos o materiales propagandísticos a Corea del Norte, realizado por organizaciones civiles surcoreanas. Así, pensaron que había gran probabilidad de que Corea del Norte aceptara mantener un encuentro de autoridades militares, ya que la interrupción de dichas actividades es algo en lo que Pyongyang insiste desde hace mucho. No obstante y, por lo pronto, los pronósticos fallaron pues el régimen norcoreano no muestra reacción alguna a la sugerencia de Corea del Sur. Es más, se estima que en este ambiente, el Norte rechazará también la propuesta de celebrar una reunión entre las organizaciones de la Cruz Roja de ambas Coreas el 1 de agosto.
La pregunta es qué estará pasando en Corea del Norte o qué estarán pensando sus autoridades ante la propuesta de diálogo del Sur. De momento, la explicación más convincente es que Pyongyang está en un profundo dilema y seguramente sin poder tomar una decisión, frente a una situación en la que identifica tanto ventajas como desventajas, a partir del resultado de la cumbre Corea del Sur-Estados Unidos y también de la “Iniciativa de Berlín” del presidente surcoreano Moon Jae In, que expuso con claridad su disposición a dialogar con Corea del Norte. Sin embargo, por otro lado hay quienes sostienen que Pyongyang, que ya conoce la disposición de Seúl de dialogar y empezar a hacer las paces dentro de los límites actuales, puede haber estimado que no ganaría mucho con solo una reunión de autoridades militares y quiera otra de envergadura mayor, donde sea posible tratar otros temas de su interés; o que simplemente Corea del Norte hará caso omiso a las sugerencia del Sur para proseguir con el desarrollo de misiles intercontinentales.