El viernes 10 de febrero se cumplió un año del cese de operaciones del Complejo Industrial de Gaesong, lo que significa que ha transcurrido más de un año desde el enfriamiento y estancamiento de las relaciones intercoreanas, mientras los pronósticos no son del todo optimistas, dada la complicada situación de la península coreana que dificulta una pronta reactivación de ese polígono manufacturero.

Cerrar el Complejo Industrial de Gaesong fue una decisión del Gobierno surcoreano, anunciada a inicios de 2016 en respuesta al cuarto ensayo nuclear de Corea del Norte. Las autoridades de Seúl hicieron el anuncio el 10 de febrero de ese año y al día siguiente, el régimen de Pyongyang procedió a clausurar inmediatamente el parque industrial y expulsó a los surcoreanos que estaban allí. Así, las actividades se interrumpieron por completo en el complejo de Gaesong, cayendo las relaciones entre las dos Coreas en un punto muerto, pues la zona fabril era entonces el único proyecto de cooperación económica intercoreana que mantenía vigencia.

El Complejo Industrial de Gaesong es un modelo de cooperación económica, en el que confluyen la inversión surcoreana y la mano de obra norcoreana. Un modelo en el que las empresas surcoreanas, a cambio de la inversión hecha, podían aprovechar la mano de obra barata de los norcoreanos; mientras que éstos podían, trabajando en las fábricas de esas empresas, gozar de estabilidad laboral y recibir salarios en efectivo. Y la razón por la que el polígono industrial no se vio afectada por las sanciones internacionales a Corea del Norte, fue justamente porque daba trabajo a habitantes norcoreanos. Sin embargo, la decisión del Gobierno surcoreano al decretar el cierre del complejo de Gaesong, vinculaba este proyecto de cooperación económica con el desarrollo nuclear y balístico de Corea del Norte, alegando que el salario de los trabajadores norcoreanos era requisado por las autoridades de Pyongyang como fondos para financiar su programa nuclear y de misiles.

En realidad, el anterior es el contexto por el que es nuboso el futuro del Complejo Industrial de Gaesong, ya que después de asociar con él el problema nuclear norcoreano, el actual Gobierno surcoreano no tendrá fundamentos suficientes para reactivar la zona fabril sin que haya avances para la solución de dicho asunto. Es más, el Ministerio de Reunificación manifestó que reanudar las actividades en Gaesgon mientras prevalece la preocupación por el uso de los salarios de los trabajadores como fondo para el programa nuclear y balístico de Corea del Norte, podría violar las resoluciones de la ONU y propiciar una grave polémica internacional.

No obstante y pese a esta postura, hay sectores y personas que abogan por la reapertura del complejo, como por ejemplo Moon Jae In del Partido The Minjoo y de momento, el político con más apoyo popular como candidato presidencial, que siempre ha mantenido que la paz de la península coreana solo podrá ser restaurada por fuerzas pacíficas con una fuerte voluntad de mejorar las relaciones intercoreanas y presentó como una promesa electoral, promover diversos proyectos de cooperación económica con Corea del Norte, incluyendo la reanudación y ampliación del Complejo Industrial de Gaesong.