La pandemia del COVID-19 ha agravado la situación de los derechos humanos en Corea del Norte, pues las medidas de control sanitario adoptadas por el Gobierno norcoreano incluyeron cierre de fronteras y fuertes restricciones a la movilidad, según un informe de una ONG pro Derechos Humanos.

Human Rights Watch (HRW) afirma que el Gobierno de Corea del Norte vulneró los derechos humanos de sus ciudadanos y aumentó su sufrimiento al limitar drásticamente el comercio y el movimiento entre fronteras por el cierre a causa de la pandemia.

El informe señala que a comienzos de 2020, al brotar la pandemia, Pyongyang reforzó sus instalaciones de control y vigilancia con nuevas normas y una estricta aplicación de la ley para asegurar el cierre de sus fronteras.

Las imágenes satelitales de zonas fronterizas con China reflejan que el número puestos de vigilancia en Corea del Norte ha aumentado hasta 6.820 en total, 20 veces más que en 2019. También instalaron 500 km de vallas de alambre en las zonas examinadas.

El informe concluye que el cierre de fronteras ha complicado significativamente no solo las actividades comerciales al margen de las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU contra Corea del Norte, sino también todo intento de desertar del país.

Por último, refleja que la restricción fronteriza tuvo un impacto especialmente severo entre las mujeres casadas, quienes tradicionalmente venían manteniendo la economía doméstica con trabajos no regulados en los mercados, según el informe.

[Photo : KBS News]