La fortaleza de Namhansanseong

Namhansanseong, ciudadela designada como Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2014, es un punto estratégico de defensa ubicado en la ciudad de Gwangju, provincia de Gyeonggi. Erigida sobre un terreno montañoso, esta fortaleza sirvió como capital provisional en situaciones de emergencia. Pero a su vez es un enclave arquitectónico de gran valor que ilustra las diferentes etapas de desarrollo en la construcción de fortalezas del siglo XVII al XIX.
"En el 12º año del Rey Munmu, el 30º monarca de la dinastía Silla, la fortaleza Jujangseong, de unos 8km, fue construida en la región de Hansan, al sur del río Han".
En la se describe que el reino de Silla construyó la fortaleza de Namhansanseong en la cuenca del río Han durante el s.VII para defenderse de la invasión de la dinastía Tang china.

Hay quienes consideran que la fortaleza fue la ciudadela del rey Onjo, fundador del reino de Baekje. Los muros de la fortaleza, de unos 8km, fueron levantados en una cadena montañosa a 500m sobre el nivel del mar, una excelente ubicación para un bastión estratégico. Las paredes fueron construidas siguiendo a los valles y montañas para que fuese difícil para el enemigo encontrarla. Al estar ubicada a la entrada a Seúl, jugó un papel primordial en el amparo de la capital. Hoy día, los castillos y bases de piedra, así como los depósitos de la era de los Tres Reinos todavía permanecen intactos.
Desde entonces, el bastión ha sido reconstruido y ampliado continuamente. Durante la época de Silla Unificada, sirvió como instalación de defensa para dominar al ejército chino en la parte norte del reino; mientras que más tarde, durante el reinado de Goryeo, fue un buen bastión para ayudar a expulsar a los invasores mongoles. En el s.XVII, durante el reinado del rey Injo -16º monarca de la dinastía Joseon-, se llevó a cabo la mayor renovación de la fortaleza, convirtiéndola en la estructura actual.

- Escuchad, súbditos.
- A su servicio, Majestad.
- Fuera del país cada vez son más intensas las amenazas de la dinastía de los últimos Jin, mientras que en nuestra nación, nos enfrentamos a la rebelión de Yi Gwal. Ante esta precaria situación, considero oportuno ampliar la fortaleza de Namhansanseong.
- Tiene usted razón, Majestad, pues es un bastión celestial. ¿Por qué no la transformamos en una especie de castillo que sea apto para vivir, pero difícil de invadir?
- ¿Te refieres a utilizar estos valles, tan escarpados y profundos, para ocultar la fortaleza?
- Exacto, Majestad. Si le añadimos más instalaciones de defensa, y construimos un palacio temporal donde usted pueda residir en situaciones de urgencia, confío en que será indestructible.
- ¡Es perfecto! Si podemos construir una especie de muralla-refugio que permita evacuar tanto al pueblo como a la familia real, podría ocuparme de los asuntos militares y administrativos a la vez. ¡Comenzad de inmediato!

Las obras para ampliar la fortaleza comenzaron en 1624 y, dos años más tarde, el bastión ya estaba equipado con 1.897 yeojang –una pared de poca altura que permitía a los soldados esconderse y disparar desde allí al enemigo-, 125 puestos de guardia, 16 ammun –puertas secretas- y 3 onseong –otra pared construida alrededor de las puertas para reforzar la protección-. En el interior de la fortaleza había 80 pozos y 45 estanques, así como una residencia real llamada Haenggung, y una oficina gubernamental para que el monarca pudiera administrar los temas de Estado en casos de emergencia nacional.
Gracias a esta remodelación, la fortaleza de Namhansanseong renació como capital provisional con fortificaciones que abarcan 11,7 km en total. No obstante, la ciudadela más grande de Joseon vivió una severa crisis durante la segunda invasión de Manchuria.

- Su Majestad, el Emperador Taiji de la dinastia Qing se acerca con vehemencia a nuestra capital, acompañado de un ejército de 100.000 hombres. Debe salir de la ciudad ahora mismo.
- Pero las fuerzas de Qing han bloqueado el camino que conecta Gimpo con Ganghwa. ¿Hacia dónde partir?
- Majestad, está la fortaleza Namhansanseong, que fue rehabilitada hace 10 años. Posee abastecimiento suficiente tanto de alimentos como de soldados, así que, debería apresurarse y partir hacia allá.

Cuando en diciembre de 1636, la dinastía Qing invadió Joseon, el rey Injo y su corte escaparon a la fortaleza Namhansanseong. Las tropas de Qing asediaron el bastión y atacaron con cañones, mientras que en su interior, unos 14.000 soldados de Joseon resistieron a esos ataques durante 45 días.
Lamentablemente, los tan esperados refuerzos nunca llegaron; y para empeorar las cosas, la isla de Ganghwado cayó en manos enemigas. Finalmente, en enero de 1637, el rey Injo abrió las puertas de la fortaleza, firmando así su rendición.

A pesar de esta dolorosa y humillante historia, la fortaleza de Namhansanseong todavía conserva el espíritu de los coreanos por proteger su tierra. Durante el reinado del rey Sukjong a finales del s.XVII, los muros del bastión fueron reforzados para que impedir que fueran fácilmente derrumbados ante los ataques.
En el s.XVIII, durante los mandatos de los reyes Yeongjo y Jeongjo, ubicaron soportes para armas y más ongseong, mientras que durante la era del rey Sukjong, el santuario Jwajeon, para los ancestros reales, y el altar Woosil, dedicado a los dioses de la tierra y a la cosecha, fueron construidos en el interior del palacio de la ciudadela.
Además, la oficina gubernamental –llamada Jwaseungdang- fue erigida durante el mandato del rey Sunjo. Así, la fortaleza ha sido reconstruida una y otra vez hasta el s.XIX, para responder eficazmente a las posibles crisis nacionales.

Desde el periodo de los Tres Reinos, Namhansanseong ha protegido la región central de la península coreana, como lugar de defensa estratégico, además de servir como capital provisional durante las guerras. Esta fortaleza refleja de forma integral las habilidades relacionadas con la defensa militar del país, así como las técnicas de construcción de bastiones de distintas épocas. El espíritu patriótico y el valor de los coreanos se puede percibir en dicho enclave, pues personifica su deseo ardiente de superar las crisis nacionales.

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