El Templo de Haeinsa y Janggyeong Panjeon

El Templo de Haeinsa y Janggyeong Panjeon, un espacio dentro del tempo donde se custodian las tablillas de la Tripitaka Coreana, fueron inscritos como Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1995, junto con el Templo de Bulguksa, la Gruta de Seokguram y los Santuarios de Jongmyo.
Situado en Hapcheon, en la provincia Gyeongsang del Sur, constituye el depósito de tablillas inscritas más antiguo del mundo.

La Tripitaka Coreana es la versión más completa en texto de los cánones budistas, que fueron grabados en 80.000 tablillas en el SXIII, con el objetivo de detener con la fuerza del budismo al ejército mongol, que había invadido las tierras de Goryeo.

¡Los mongoles han vuelto a cruzar la frontera y vienen hacia aquí con cientos de miles de soldados! Nuestras tropas se hallan sin fuerzas y el pueblo sufre los estragos de la guerra, ¿qué puedo hacer?
Majestad, ¿no dijo el rey Taejo, fundador de la Dinastía Goryeo, que había que hacer del budismo la religión nacional y “recurrir a las palabras de Buda”?
¿Te refieres a construir una Tripitaka con la doctrina de Buda grabada? Ahora que lo dices, hace 200 años logramos que se retirara el ejército kitán tras grabar la primera Tripitaka.
Así es, Majestad. Aunque esa Tripitaka la quemaron los mongoles, la mejor forma de echarles de nuestro territorio es con la fuerza de Buda.

En aras de proteger al país de las invasiones de los mongoles, el rey Gojong mandó grabar en 1236 los textos del canon budista en una tabla de madera.
No obstante, no fue hasta 1251, unos 16 años más tarde, que completaron las 80.000 tablillas.
Para construir la Tripitaka debía cortarse la madera en invierno y sumergirla en agua de mar durante dos años, para después dejarla secar durante un año más y finalmente inscribir las letras.

Así, carpinteros, calígrafos y monjes realizaban tres reverencias por cada letra grabada y cada tablilla –de 70cm de largo, 25 de ancho y 3,5 de profundidad- contenía un total de 644 letras.

Cada tablilla requería de unas 1.900 reverencias, y llegaron a precisarse unas 80.000 de estas tablas para los textos budistas.
Esta obra fue inscrita en 2007 como Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO, siendo la Tripitaka la versión más antigua de estos cánones que aún se conserva, en pleno apogeo de la xilografía.

No obstante, si no fuese por el depósito Janggyeong Panjeon, la Tripitaka no podría haber sido conservada de la misma forma.

Señor monje, la ventana delantera del depósito para la Tripitaka debe ser más ancha por la parte de abajo y la ventana trasera más grande por la parte de arriba, ¿verdad?
Exacto, es un trabajo delicado, así que pido toda su concentración.
En realidad hay algo que no entiendo. Hace más de medio siglo que trabajo como carpintero, pero es la primera vez que me mandan a construir una ventana así. ¿Hay alguna razón en especial?
Al ser tablas de madera, se pudren con facilidad si hay mucha humedad y se agrietan si hay sequedad. Por eso se deben construir ventanales con rejas y de diferentes tamaños para que pase bien el aire.

La Tripitaka, que en un principio se encontraba en el Templo de Seonwonsa, fue trasladada al Templo de Haeinsa en 1398, y desde entonces el templo se convirtió en custodio de la Tripitaka.
Para cumplir su función, en 1488 se terminó de completar una arquitectónica que permitiese la entrada y salida del viento de modo natural.
El depósito de la Tripitaka consiste en dos edificios de 15 compartimentos, en la pared delantera, y otros 2 en la pared lateral.

Los distintos tamaños de las ventanas ayudan a que el viento que entra en el depósito, circule por todo el compartimento y vuelva a salir por las ventanas.
Asimismo, el suelo hecho de sal, carbón y barro ayuda a mantener una humedad constante, absorbiéndola cuando hay en exceso y a expulsándola cuando hay sequedad.
Por otro lado, al estar situado el templo en el el monte Gayasan, a 655m de altura, ayuda a que circule el aire y permite la ventilación de la estancia.

Gracias a este sistema de ventilación natural, la Tripitaka coreana sigue manteniendo su aspecto original incluso después de 700 años.
Este depósito, llamado Janggyeong Panjeon y construido utilizando la ciencia y la naturaleza de forma excepcional, y cuyo cometido es conservar la Tripitaka coreana, es un espacio repleto de sabiduría que ha logrado preservar -durante largo tiempo- una de las obras maestras más excelsas de la Humanidad.

Close